“En Finlandia se acaba de aprobar una Renta Básica Universal (RBU). Todo ciudadano finlandés, por el hecho de serlo, tendrá derecho a partir de los 18 años a un cheque de 1.000 € mensuales, de por vida, e incondicional (independiente de si trabaja o no, y de su nivel de renta). El parlamento finlandés ha considerado que ésta es la culminación de varias décadas de progreso en la construcción de una economía innovadora y basada en conocimiento. Finlandia se ha situado en la cima de la mayor parte de ránkings de innovación desde 1990. Según el Global Innovation Index, el país es líder en I+D, excelente en la calidad de sus instituciones (2º en el mundo), en capital humano (4º), sofisticación de los negocios (6º), desarrollo tecnológico (8º), ecosistema innovador (1º), y cooperación público-privada (2º). Su sistema educativo es envidiable, con un sólido proceso de selección y formación del profesorado, y grandes avances metodológicos. Las inversiones fluyen, los clústers de startups florecen, la productividad crece, las exportaciones se disparan, y el talento es atraído al país. Tras años de consolidación de una economía innovadora de referencia, por fin Finlandia da un paso definitivo en el diseño de un estado del bienestar de vanguardia, y concede a todo ciudadano el derecho a una renta universal. Como si fueran los titulares de una próspera cooperativa tecnológicamente sofisticada y competitiva, los finlandeses empezarán a recibir su cheque mensual a partir del próximo mes”
¿Qué os parece esta noticia? Envidiable, ¿no? Lógica, ¿verdad? Al fin y al cabo, Finlandia ha estado haciendo los deberes. Por tanto, se merece su recompensa. Es el premio final a un camino que ha requerido constancia, tenacidad, disciplina, estrategia y visión de futuro.
La noticia es falsa (de momento). No es cierto. Finlandia no implementa una Renta Básica Universal sobre los retornos de su sistema de innovación y tecnología. Pero van por el camino. Al fin y al cabo, sus vecinos noruegos ya tienen experiencia en cosas similares: su fondo soberano (obtenido de las reservas de petróleo y gas) acumula un valor de 9 billones de coronas (unos 900.000 millones de euros), con retornos anuales de 6% (lo que equivale a unos 11.000 € anuales por cada ciudadano). Una auténtica renta básica universal para los noruegos sostenida sobre recursos naturales. Pero, ¿qué mejor recurso natural que el talento? ¿No se podría articular un fondo de inversión soberano sobre la actividad innovadora de un país?
Finlandia no ha constituido una Renta Básica Universal. Todavía no. Pero, ¿a que la noticia nos ha parecido verosímil? En nuestro entorno, nos parecería extravagante, o populista (y lo sería) ¿A que no hemos pensado que los finlandeses –o los noruegos con su fondo sobre el petróleo- se iban a volver automáticamente unos vagos? ¿A que nos da la impresión que en el marco de economías innovadoras, una renta básica universal no es una locura? He escrito esta fake news para que entendamos el contexto en el que deberíamos plantearnos las grandes conquistas sociales del futuro. Concebimos la noticia como cierta porque entendemos que es la culminación de un largo camino, en el contexto de una sociedad culturalmente avanzada e inmersa en una economía basada en conocimiento. Porque en Finlandia se han sentado las bases necesarias. La construcción de los futuros modelos de estados del bienestar pasa por conseguir estas metas. Algunos, las auténticas first mover nations en innovación (Finlandia, Suiza, Singapur, Dinamarca, Suecia…) se lo pueden empezar a plantear.
Y nosotros, ¿todavía no tenemos claro el camino a seguir?
Al paso que van estos países, seguro que lo conseguirán no la RBU sino la RUD! ?
Reflexiones para el escepticismo:
1- El artículo no ofrece ninguna evidencia de que la innovación acarree riqueza para generar una RBU. De hecho Nassim Nicolas Taleb, en su reciente libro “Skin in the game” explica que es justo al revés; las sociedades crean riqueza y luego pueden dedicarla a educación e investigación.
2- El ejemplo de Noruega es contrario a la tesis propuesta. Los noruegos siempre fueron un país pobre y el petróleo les ha permitido crear el mayor fondo soberano del mundo cuya jugosa rentabilidad es obtenida delegando en expertos gestores… y que en el caso de sus inversiones en España las lleva Francisco García Paramés, con gran talento para (aquí llega la paradoja) invertir que no innovar.