Susana Borrás es profesora de Innovación en la Copenhaguen Business School. Es una de las académicas más reconocidas de Europa en Economía de la Innovación. Hace unos años tuvo la amabilidad de acompañarme en un viaje de estudios sobre el sistema de innovación de Dinamarca, uno de los más eficientes del mundo, donde pude aprender muchas cosas sobre cómo se construyen las estrategias nacionales de innovación. Dinamarca ha superado el 3% de inversión en I+D sobre PIB, y está considerada el 8º país más innovador del mundo según el ranking Bloomberg. Hemos compartido conversaciones con Susana, en los últimos tiempos, sobre el desenfoque de los sistemas de innovación en España y Catalunya, y la necesidad urgente de reequilibrar las políticas y dotarlas de recursos. Como decía Mariana Mazzucato, «para ser como los líderes hay que hacer lo que hacen los líderes». Susana me ha brindado la oportunidad de publicar uno de sus artículos, cuya versión original se puede encontrar en su blog (https://susanaborras.com/2020/07/14/investing-in-green-technologies/), uno de los blogs europeos de referencia en innovación. Aquí va su artículo:
Dinamarca ha decidido invertir masivamente en tecnologías verdes con el objetivo de fomentar la competitividad de su industria y de mitigar el cambio climático. Esto representa también un importante punto de inflexión para la política de innovación danesa.
Desde la reciente aprobación de «Ley climática» de diciembre de 2019, el gobierno danés ha estado muy ocupado planificando una gran cantidad de inversiones en tecnologías ecológicas. La pandemia de Covid-19 no las ha detenido, por el contrario, las ha acelerado.
Existe una opinión generalizada entre prácticamente todos los partidos políticos en el Parlamento danés, de que el camino hacia la recuperación económica después de la pandemia requiere una fuerte inversión en el desarrollo y comercialización de tecnologías de vanguardia, particularmente tecnologías ecológicas. Dinamarca tiene actualmente una posición de liderazgo en tecnologías de energía renovable como turbinas eólicas y biorefinerías, pero quiere también una sólida posición en tecnologías verdes emergentes como Power-to- X, a través de la creación de grandes instalaciones de energía renovable (como las dos islas de energía eólica recientemente planificadas)
Siguiendo el clásico artículo de Henry Ergas sobre los diferentes tipos de política tecnológica, estas recientes iniciativas significan que Dinamarca se ha embarcado en una política orientada a las misiones. Es decir, una política tecnológica que está focalizada a áreas específicas y a crear conocimiento en el contexto de su aplicación industrial.
Este es un punto de inflexión importante para Dinamarca, porque anteriormente este país nórdico ha seguido una política más bien orientada a la difusión tecnológica, es decir, lo contrario: haciendo hincapié en tecnologías genéricas y buscando su amplia difusión en todos los sectores indistintamente.
¿Es positiva esta nueva orientación? Sí, sí que lo es.
Lograr una recuperación social, económica y medio-ambientalmente sostenible después de la pandemia requiere prioridades claras e inversiones dedicadas.
¿Funcionará todo bien? Es difícil de decir. Nunca hay beneficio sin riesgo.
Como siempre, el diablo está en los detalles, y dependerá de cómo se implemente en términos concretos.
Pero el enfoque danés tiene posibilidades de éxito, porque sigue tres principios muy razonables:
- Va más allá del «estado del arte»: las grandes inversiones planificadas no utilizan tecnologías «maduras» o «disponibles», sino que se centran en mover la frontera tecnológica.
- Partnenariados transfronterizos: Dinamarca está colaborando con sus países vecinos aportando sinergias en sus capacidades tecnológicas, principalmente en el sector energético. El reciente acuerdo con Holanda para invertir en una gran instalación de Power-to-X en Dinamarca es un buen ejemplo.
- Los actores privados están al frente: La gran “fábrica de hidrógeno” que las grandes empresas danesas construirán en Copenhague, suministrará energía verde al sector del transporte marítimo y aéreo.
Una visión y unas inversiones audaces, que darán sus frutos a mediano y mediano plazo.
Susana Borrás
(Photo credit: Unsplash Anna Jiménez Calaf)