Según un reciente artículo en La Vanguardia, «la precariedad y la inestabilidad se han instalado entre los trabajadores del sector de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC)«. El artículo hace referencia a un estudio del sindicado Comisiones Obreras, según el cual «el talento digital está mal pagado”. “Casi la mitad de los trabajadores (45%) cobra menos de 22.000 euros brutos anuales, un salario inferior a la media española (23.333 euros)». La precariedad afecta especialmente a las mujeres: el 54% cobra menos de 22.000 euros. El escenario es terrorífico: elevada rotación y largos plazos de incrementos salariales, a pesar de que un 55% de los empleados tiene título universitario, y un 42% formación profesional.
En paralelo, oímos decir constantemente que existe una gran demanda de perfiles tecnológicos, y que muchas vacantes quedan sin cubrir por carencia de profesionales. Esta semana se daba a conocer de un estudio de Barcelona Digital Talent, según el cual hacen falta 12.000 profesionales tecnológicos. Para la Comisión Europea, medio millón de puestos de trabajo quedarán desiertos este año por el déficit de especialistas en sistemas de información, cloud o inteligencia artificial. Según El País, «existen al menos 10.000 vacantes del sector tecnológico en España por carencia de calificación», pero «cada vez hay menos interesados en este tipo de formación».
Estas noticias son contradictorias. Algo está pasando, cuando la opinión pública y publicada recibe y proyecta mensajes opuestos. Si hay un gran déficit de profesionales en el sector, entonces el mercado de trabajo se tiene que autoregular mediante un incremento de salarios para atraer más especialistas (y que estos, con mejores sueldos, sean un referente para los jóvenes a la hora de escoger carreras). Es la famosa ley de la oferta y la demanda. Si realmente necesitas un experto, pagas más por él. En EE.UU., los llamados «perfiles STEM» (Science, Technology, Engineering and Maths) claramente tienen sueldos por encima de la media (87.000 dólares por «profesionales tecnológicos ocupados en tareas tecnológicas»). Si, por el contrario, los salarios son bajos y la rotación elevada, como dice Comisiones Obreras, es que hay un exceso de profesionales en un mercado con pocas vacantes atractivas y mucha competencia por las mismas (aceptando salarios bajos).
¿Quién tiene razón? ¿Hay déficit de profesionales en un mercado tecnológico sofisticado? (y por lo tanto el mercado tendría que ser salarialmente atractivo). ¿Hay muchos profesionales compitiendo por unas pocas vacantes, en un mercado saturado y por lo tanto con salarios precarios? ¿O, quizás, por alguna misteriosa razón, no funciona la ley de la oferta y la demanda en este sector? Una cosa es cierta: si el escenario salarial es el que presenta Comisiones Obreras, entonces será difícil animar a los jóvenes a que sigan carreras técnicas.
Lancé la paradoja en Twitter y he recibido respuestas que tampoco me dan la visión final de que está pasando. Según la revista Innovadores, en la línea de Comisiones, «casi la mitad de trabajadores cualificados acaban emigrando al extranjero», y «el sector TIC no cumple, ni de lejos, las expectativas prometidas». En cambio, según la escuela de negocios especializada en digitalización INESDI, «no podemos cubrir las ofertas que llegan a nuestra bolsa de trabajo».
La cosa no está clara. Para explicarlo, podría ser que se generaran puestos de trabajo en sectores digitales o «tecnológicos», pero con menos velocidad y calidad que las que se forman a escala internacional. Esto sería coherente con la poca intensidad tecnológica de nuestra economía (que, como no me canso de repetir, con un 1,51% de inversión en I+D sobre PIB en Catalunya o un 1,24% en el conjunto de España, está 2 y 3 veces por debajo del que le tocaría para lograr posiciones de liderazgo). Mientras tanto, Europa (donde Alemania ha sido considerada el país más innovador del mundo, según el último ranking Bloomberg de innovación) aprieta el acelerador de la I+D y extiende a toda velocidad el modelo de Industria 4.0. En España hay, comparativamente, una carencia de creación de ocupación deep tech (de «tecnología profunda»). Sí que se crean, sin embargo, vacantes TIC en posiciones de apoyo, en negocios no tecnológicos; o en empresas caracterizadas como tecnológicas pero que realmente tienen una baja intensidad de gasto en I+D.
¿Por qué los salarios son tan bajos? ¿Quizás porque no responden realmente a posiciones «tecnológicas»? ¿Quizás porque la inversión estructural en I+D es muy baja y los modelos de negocio predominantes compiten en coste, o bien se sustentan en plataformas digitales poco intensivas en creación de ocupación? ¿Se está «uberizando» la industria tecnológica? Hay que seguir investigando por qué se da esta paradoja, pero si realmente los salarios tienden a la precariedad será difícil estimular nuevas oleadas de profesionales STEM, lo cual hará todavía más complicado incrementar la inversión en I+D de nuestra economía, entrando así en un peligroso círculo vicioso económico.
Otra variante del problema puede tener su origen en el hecho que la oferta laboral pida un determinado perfil curricular, pero una vez en el puesto de trabajo dicho perfil esté realmente por debajo del perfil inicialmente demandado. Por otra parte si el producto que oferta la empresa al mercado tiene poco valor añadido, por mucho que se desarrolle la tecnología dentro de la empresa, el margen para pagar buenos salarios a perfiles STEM es también escaso.
Excelente discusión y un tema que tenemos que responder si no queremos seguir en este marasmo económico político del país. Estamos demasiado acostumbrados a una economía con salarios bajos.
Los mejores se van donde se paga mejor, al extranjero. Los empresarios españoles son los responsables de no querer subir los salarios se quedara entonces con el peor talento (aquellos que han hecho un cursito de poca calidad y se autodenominan ingenieros),
Como consecuencia de la baja calidad del talento las empresas fracasan a un ritmo impresionante, a menos que reciban dinero público o que la empresa en si emigre.
Cuando se habla de un cluster de innovación, no se trata de inaugurar instalaciones de cinco estrellas, se trata de atraer al mejor talento, el 10 % mejor = top 10%.
En general los empresarios en España en casi todos los sectores quieren ser competitivos y solicitan profesionales que vengan muy cualificados de antemano, pero ofreciendo salarios low cost, el tiempo y el esfuerzo invertidos por el trabajador aqui no se valoran, la formacion laboral es precaria y en muchos casos la imparten los compañeros con sobrecarga de tarea cuando ese no es su trabajo, una chapuza.
Muy interesante el artículo. El problema es complejo y multifactorial. Como bien dices un alto % se va a economías más desarrolladas tecnológicamente (probablemente del grupo de los mejores), demasiadas empresas compitiendo por precio, lo que no permite grandes salarios, en actividades de baja sofisticación tecnológica, una economía/industria de media/baja intensidad tecnológica que requiere de tecnologías maduras y no de alta innovación tecnológica (por lo tanto baja demanda de alta tecnología y pocas empresas de alto nivel ya que no ven mercado) y, por último, una mentalidad empresarial con cierta dificultad para adaptarse e la economía del siglo XXI (piensan que los tecnólogos son jóvenes y deben seguir procesos de maduración laboral de la era industrial). Todo ello genera el «freno» de los salarios y baja motivación para emprender estudios STEM (falta de referencias cercanas).
87.000 dólares por «profesionales tecnológicos ocupados en tareas tecnológicas»… la traducción no se ajusta a la realidad de la gráfica que muestra el artículo de Pew Research Center. Esos ingresos medios corresponden a titulados universitarios STEM que trabajan en sectores STEM. Es decir, ahí no están solo los profesionales tecnológicos en sentido estricto, que entiendo es a los que alude el estudio de CCOO, sino a gente que trabaja en ciencia, ingeniería, etc…