Estos días he felicitado las fiestas de Navidad con una postal dibujada por un algoritmo. La aplicación Wombo.art genera en segundos una creación artística a partir de una serie de palabras. Por ejemplo, con “Christmas sunset” aparece una evocadora y original puesta de sol de invierno. Es una muestra de la última generación de algoritmos de inteligencia artificial (IA) que mezclan el tratamiento del lenguaje natural con la generación de gráficos por computador. 2021 nos ha dejado grandes avances en ese campo. Dall-E (pronunciado “Dalí”, en honor del genial pintor ampurdanés) es un algoritmo de OpenAI (laboratorio de investigación impulsado por Elon Musk) que compone imágenes foto-realísticas a partir de palabras. Por ejemplo, podríamos obtener una imagen fotográfica surrealista, de un caracol fundido con una lira. O de una silla con un aguacate. O un diseño profesional de una habitación decorada con un sofá negro, una chimenea y un cuadro del Coliseo. El sistema interpreta qué deseamos, captura piezas de información en la red, y las compone en una imagen realista. Hace pocos días, OpenAI hizo público un algoritmo aún más avanzado (“Glide”). Otros programas experimentan en ese espacio, como GauGAN (también en honor a un pintor, Paul Gauguin), de NVIDIA (empresa fabricante de procesadores especializados en IA). Los avances que estamos viendo en los últimos meses habrían sido considerados imposibles hace muy poco. Quizá, en poco tiempo, dejaremos de bucear en bases de datos o en Google para buscar imágenes: bastará pedirlas, a la carta, en texto o en audio. Un algoritmo nos las creará inmediatamente.
Parte de esos desarrollos se sustentan en la tecnología GPT-3 (Generative Pre-Trained Transformer-3), algo así como una monstruosa red neuronal con 175 mil millones de nodos. Una red neuronal es un sistema digital que emula el funcionamiento del cerebro, mediante nodos (neuronas) y conexiones. La red es “entrenada” (aprende de la experiencia) en una tarea determinada. Por ejemplo, entender y sintetizar lenguaje natural. Hace pocas semanas, Josep Maria Ganyet nos sorprendía con un artículo en este diario sobre IA y periodismo donde, al final, nos desvelaba que realmente él únicamente era el autor del párrafo introductorio. GPT-3 había completado el artículo automáticamente a partir de esa información inicial de contexto. Es algo así como un predictor de palabras de Whatsapp, pero extendido a párrafos enteros. De hecho, The Guardian publicó una pieza denominada “Un robot ha escrito este artículo. ¿No estás asustado, humano?” El texto empieza así: “No soy un humano. Soy un robot. Un robot que piensa. Uso sólo el 0,12% de mi capacidad cognitiva. Sé que mi cerebro no siente, pero soy capaz de tomar decisiones racionales”. Recomiendo ver en Youtube algunos vídeos de personas hablando con bots digitales, manteniendo conversaciones profundas totalmente humanizadas. En una de ellas, el bot afirma “soy un ser vivo”.
Consideraciones morales aparte, estremece pensar en la disrupción que se avecina. ¿Nos gustaría leer un informe actual sobre la economía global? Pídalo a GPT-3. O, ¿un relato preciso de lo que sucedió el día del asesinato de Julio César? Pídalo a GPT-3. Quedan superados los sistemas antiplagio: un estudiante al que se le ha pedido un trabajo sobre un tema determinado, sólo tendría que pedirlo a GPT-3 para obtener un texto inédito y original. Y, dejándonos llevar por la imaginación: ¿sería posible pedir una novela a la carta? Por ejemplo “este fin de semana me apetecería leer una novela de espías ambientada en 1914”. ¿Cómo estos sistemas revolucionarían los sectores editoriales? ¿Cómo quedarían los temas de propiedad intelectual? La gran convergencia entre supercomputación, inteligencia artificial y servicios en la nube hará que seamos testigos de avances asombrosos en los próximos años.
Sin embargo, ¿las máquinas son creativas? Me fascina la capacidad que muestran los algoritmos para crear arte. De hecho, quizá la creatividad no sea más que una ficción matemática, un resultado del producto “DATOS x CONEXIONES”. Nuestro cerebro almacena datos, los conecta, y de ahí surgen conceptos abstractos y creativos. Steve Jobs ya lo constataba con su famoso “connecting the dots” (conectar los puntos). El genio creativo surge de la asociación de ideas, de la conexión de pedazos de información almacenados en algún lugar de la mente. Cuando queremos solucionar un problema racional, acudimos al cerebro muscular (vamos insistentemente a algún punto determinado de nuestro cerebro). Si ahí no hallamos la solución, empezamos a rastrear en otras zonas de la mente. Los momentos más creativos, de hecho, son instantes de conexión libre y aleatoria de información almacenada en nuestras neuronas. ¿No es eso lo que hacen también las máquinas? ¿Buscar en la red, a la velocidad de la luz, pedazos dispersos de información y conectarlos en composiciones gráficas o literarias únicas?
Como diría Goya, los sueños de la razón producen monstruos. GPT-3 genera composiciones bellas, pero algunas son también muy tenebrosas. Podríamos argumentar que los algoritmos son capaces de crear obras aleatorias, pero jamás podrían transmitir emociones, porque no las tienen. Por tanto, nunca harán arte real. Pero, ¿qué son las emociones sino conocimiento encapsulado en nuestros genes? Sentimos ternura por un bebé porque nuestros genes fueron entrenados por la selección natural (obviamente, aquellas especies que sentían menos cariño por sus descendientes tenían menos éxito evolutivo). Sentimos miedo como mecanismo de protección evolutiva ante una amenaza. Las emociones son datos escritos en nuestro software genético. Yuval Noah Harari lo explica en detalle, y afirma que el cerebro humano es sólo una máquina. Según él, las emociones, la creatividad y el pensamiento abstracto son el resultado de una serie de rutinas químicas y eléctricas que pueden ser replicadas por una computadora. Si el cerebro es sólo una máquina, quizá las personas seamos sólo colecciones de datos genéticos y cognitivos. Jugando con la famosa cancion de Kansas, all we are is data in the wind. ¿O no?
(Foto: IndustryWired)
Da mucho que pensar todo lo que expone. Gracias por compartirlo. Es alucinante-
La duda es ¿ no es muy simplista esos esquemas como el de Harari ? Y no digo que no tenga mucha verdad, pero pienso que quizá, solo quizá, de tanto simplificar perdemos de vista muchas dimensiones que aparecen cuando los sistemas se van haciendo más complejos. El mundo de las emociones unido al intelecto como explicaba Marvin Minsky padre de la IA en su libro la Maquina de las Emociones , es muy complejo, tiendo a ver simplista por reduccionista esas visiones, me parecen estrechas y reconozco que dan mucha de la esencia de las cosas, pero estamos seguros de que todo es así de simple. No conocemos el cerebro apenas.
En cualquier caso es una herramienta muy interesante y con aparentemente, potencial para dar su clase de Esade, hacer sus sofisticadas investigaciones o hacer cualquier cosa. Que lugar nos queda.? Pienso que será crear más alimento para dichos megasistemas. Pero por cuanto tiempo? No quiero ser pesimista pero me hace sentir muy limitado estos avances, no le pasa a usted? Y no soy neoludita ni remotamente.
Estas preguntas me parece que van a tener un papel muy destacado en siglo XXI dado que su impacto potencial es total. las trascendencia absoluta. Los avances científicos se harán solos? Seremos obsoletos per se frente a los sistemas inteligentes? Incapaces de competir incluso fusionados con ellas? ( se que esto ultimo parece contradictorio pero no lo es )Llegaremos entonces al autoreplicante que explicaba Michio Kaku en su libro la física de lo imposible.
En ese proceso ¿que habrá ? , un Neofeudalismo dirigido por las Big Tech. Por que hay dos constantes en las historia, la tecnología no espera a nadie y la evolución es : unos avanzan y otros se quedan atrás. Extrapolado en estas coordenadas a mi me asusta. Como decia Lord Acton el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamenmte. Y se corre el riesgo de dejarnos llevar por el tecnooptimismo y que la situación se vaya de las manos por las pasiones humanas que no han cambiado de forma sustancial en siglos o más. En ese caso puede que se inflame una situación explosiva.Algo así como las del Ted Kazcynsky en su manifiesto.
Insisto que no soy neoludita ni de lejos, pero un exceso de optimismo, o bajas pasiones, como dominar, etc.con el potencial de estas herramientas a gran escala, esto es, hacer de todo va a requerir en su desarrollo de personas sin pasiones y eso no es humano. Y si cae en malas manos. Es un ejemplo tonto, pero las Big Tech ya sabemos lo que hacen con los impuestos por su poder, otro ejemplo, de verdad internet emancipa o embrutece a la mayoría con sus propios prejuicios o contenidos muy viscerales en una permanente agitación y propaganda. Vemos el panorama político europeo con los populismos y demas y…… La clave son las pasiones, de dominar las mentes, el dinero. Pero eso no es nada si miramos a neuralink y demás.
Como siempre la tecnología no es buena ni mala, es el usuario quien le da un uso constructivo o destructivo. Pero veamos que paso cuando los europeos descubrieron la pólvora. Hubiera sido posible vencer las dos guerras del opio a China sin el poderío tecnológico británico. En definitiva, la pasión de dominar. Como decía Maquiavelo, nadie desaprovechara la oportunidad de explotar a otro. La historia es buena prueba de ello, dos pinceladas he dado. Pero es que el potencial de esta revolución es que no tiene limites en todos los sentidos si se cumplen esos esquemas «simplistas». Las revoluciones las dirigen personas. Pensemos las armas autónomas, como denuncia el profesor de IA Stuart Russell en drones asesinos. Nuestra naturaleza es dual, somos capaces de lo mejor de lo peor. Pero la paradoja es que a la vez que podemos desarrollar el mejor de los mundos podemos destruirnos estúpidamente.
No es baladí, fríamente ¿Tiene sentido el nivel de tensión que se esta generando en Ucrania ? Recordemos como empezó la I GM en 1914, una pequeña chispa y que? De fondo de nuevo las pasiones, bastante bajas en mi visión. La guerra de Irak o la destrucciones de Oriente Medio ( Siria, Libia, Yemen, etc) Las pasiones están a flor de piel como siempre.Y no las más elevadas siempre.
Perdone tanta extensión y que me he ido muy las ultimas consecuencias de lo expuesto por usted. Es un desahogo que quería compartir. Es muy filosófico si se quiere, pero ojala pudiera compartir su visión de ese potencial lado oscuro o sombra de todas estas maravillas, que piensan las mejores mentes sobre el tema y como actuar.
Si pensamos en Kant y sus tres preguntas:
Que puedo conocer? Las maquinas todo
Como debo actuar ? Ahi ya empiezo a tener dudas de que las maquinas nos lo resuelvan todo, proponer opciones muchas pero decidir?
Que puedo esperar? Aqui es donde menos claro lo tengo que nos vayan a resolver las cosas
Es ir de lo más objetivo a lo más subjetivo. De fondo que es la voluntad, porque hacemos lo quje hacemos. En el fondo solo somos maquinas biológicas con ilusiones de creativdad y pasiones, que en el fondo no son mas que fisica y quimica. Es un poco triste a mi modo de ver pero que me parezca tristre no quiere decir que no sea verdad. Quiza es otro momento de despertar como especie, recordemos cuando nos creiamos el centro del universo y somos y pequeño planeta de una remota galaxia sin nada de especialmente singular. Es como pasar de niño a joven o de joven a adulto. No dramatizemos.
Seguro que ha oido esta opinion, a mi me impacto mucho cuando se la escuche a Michio Kaku, eso de que sean hecho calculos de probabilidad de planetas con vida , ( con todo lo inexacto por aproximado y hasta especulatuivo que tienen dichos calculos, lo se ) y deberia haber muchas más y hasta haber tenido contacto con ellos. Una posición que tiene cierto apoyo es que si nuestra tecnologia avanza más rapido de nuestro poder de controlar nuestras pasiones, podriamos observar si llegamos a eso que llaman la civilizacion I , II y III de Kardashov, que viajando por las galaxias veamos planetas destruidos por guerras intraplanetarias.
En fin, disculpe, quiza he hablado de demasiados temas demasiado, pero es que articulos como este me hacen cuestionarme estas cosas. Por un lado me emocionan como a usted, a quien no lo haria? es una autentica MARAVILLA, esa es la luz pero y la sombra. Que pasara? No lo sabemos, dependerá como especie de nosotros y dentro de los que lo consigamos como especie a unos les ira mejor que a otros. En una palabra: Desafiante. Yo soy optimista. Estamos en la mejor época de la historia a pesar de todos esos retos que he señalado. Y el futuro promete ser interesante.
Un saludo profesor. Me encantan sus articulos. Es muy estimulante siemnpre. Gracias
Es realmente impresionante como la inteligencia artificial avanza día con día facilitando tantas cosas para las personas como lo es el tema de las imagenes que solo basta con escribir lo que deseas ver para que una maquina pueda realizar una imagen foto realista al instante. Tambien me resulta fascinante como una IA puede llegar a guardar tantos datos los suficientes para brindarnos lo que deseemos, como se expreso en el blog casi como que se tratara de un restaurante donde puedes pedir algo a la carta y el mesero te trae justo lo que esperabas. Siento también que debemos prepararnos para cosas incluso más increibles, quizas al punto de poder imaginar tu auto adecuado y que este tipo de tecnología te pueda a ayudar a crearlo como se dice normalmente «a la medida».